Arte y Naturaleza: La Simbiosis Eterna del Dibujo

El escritor y crítico de arte, John Berger, mediante su libro “Sobre el Dibujo”, nos permite observar al mundo del dibujo como un paisaje diverso y muy extenso, lleno de posibilidades infinitas. Algunos dibujos son estudios meticulosos, formas de investigación que nos permiten explorar la estructura y la forma a profundidad. Otros son bocetos rápidos, simplemente puntos de partida para futuras obras que están por revelarse. Esto demuestra que el dibujo puede ser tanto un fin en sí mismo como un medio para alcanzar un objetivo más grande.
Además, el dibujo no se limita solo a la representación visual, sino también, a una forma de escritura. A través de dibujos, se pueden transmitir ideas, contar historias, expresar emociones o incluso reflexionar sobre uno mismo. Esta convergencia de dibujo y escritura nos recuerda que el arte puede ser un lenguaje universal que va más allá de las palabras. Una idea intrigante que se destaca es cómo las sensaciones del artista, aunque pasen a través de la mano al lápiz, nunca se sienten directamente en la mano misma. En cambio, se siente la esencia del dibujo. Esto sugiere que el proceso de dibujo es una experiencia trascendental, una forma de conectar con algo más grande que nosotros mismos, una manifestación de la esencia misma del arte.
Es así como, la declaración de que «el arte y la naturaleza son uno mismo» resalta la profunda conexión entre la creación artística y el mundo natural, el arte no se encuentra en oposición a la naturaleza, sino que fluye de ella y viceversa. Esta perspectiva nos invita a observar la belleza y la inspiración en nuestro entorno natural y a ver el arte como una extensión de esa belleza.